Género de carácter informativo más que dramático, no histórico, generalmente sin intervención de actores profesionales, de personajes, de puesta en escena o cualquier tipo de intervención en la realidad que muestra y que tiene por finalidad dar a conocer esa realidad, que da a conocer un tema (hecho, idea o entidad material) en forma periodística. Se aleja de la ficción y refleja acontecimientos reales.
Puede valerse de imágenes espontáneas, con cámara oculta, entrevistas y testimonios, material de archivo, etc. También puede ser más o menos creativo y más o menos interpretativo y, dependiendo de la materia tratada y del punto de vista adoptado, poseer un talante de divulgación científica, artístico, sociopolítico, médico, educativo, propagandístico, histórico...
Sus pioneros fueron los hermanos Lumière, los mismos que inventaron el cinematógrafo, y los noticieros Charles Pathé, que fueron los primeros en filmar noticias y hechos de la vida real. El estadounidense Robert Flaherty fue el más fiel representante de este género con la película Nanuk, el esquimal (1922), que muestra la historia de un esquimal y su familia.
Con todo, esa dicotomía entre ficción y documental no deja de ser un equívoco, dado que la mirada del creador –el cineasta– moldea en ambos casos un relato. Por ejemplo, cabe imaginar un documental sobre la vida de un animal. Muy probablemente, el guión de dicho documental dramatice los hechos esenciales que rodean a la especie en cuestión, e incluso es probable que los técnicos encargados del rodaje hayan trucado con toda meticulosidad situaciones que, de otro modo, no hubiera sido posible captar con la cámara. Incluso es posible que la filmación se lleve a cabo con animales amaestrados, cual si de actores se tratara. Así, pues, a efectos narrativos, esa película será tan artificiosa como una producción de naturaleza dramática, sólo que en este caso el propósito será distinto, pues el documentalista pretende recrear hechos que sí se han dado en el mundo real.